lunes, 10 de mayo de 2021

Colombia: no cede la espiral de protestas masivas y represión

 Las manifestaciones han crecido de forma espontánea y sin control frente a la acción de las fuerzas oficiales y parapoliciales. Se registran más de 30 muertos, 1500 heridos y 400 desaparecidos. Declararían el estado de conmoción: para la oposición sería echar nafta al fuego. El rol del expresidente Álvaro Uribe.

(Foto: Juan Barreto / AFP)
9 de mayo de 2021

La escalada de violencia en Colombia alarma a los organismos de DD HH y a las fuerzas políticas de la oposición al gobierno de Iván Duque. Consideran que es vital mantener viva la movilización por diversas demandas disparadas por el –hoy retirado– proyecto oficial de reforma impositiva, pero entienden que parte de la protesta, que incluye concentraciones, bloqueos y algunos episodios de vandalismo, empieza a perder conducción, producto sobre todo de la espontaneidad de muchos participantes. Saben que un desborde derivará en una profundización de la violencia y la represión, que hasta ahora vienen registrando más de 30 muertos, 1500 heridos y 400 desaparecidos. La violenta respuesta institucional fue señalada con preocupación por varios líderes del mundo y hasta la ONU. La posible escalada aviva el fantasma de la declaración del estado de conmoción que, al modo de ver de la dirigencia opositora, obraría como un virtual “estado de sitio” que resulte en más violencia y en el control de los sectores militaristas de ultraderecha ligados al expresidente Álvaro Uribe. Además, se empieza a sumar en los últimos días la intervención de los nunca erradicados grupos paramilitares. “Es un país que está armado hasta los dientes y en medio de tantas armas no sabemos de dónde vienen los tiros”, graficó la diputada María José Pizarro, de Colombia Humana, espacio que lidera el excandidato presidencial y senador Gustavo Petro.

El episodio vivido en la madrugada de ayer en Cali lo confirma. “En el sector de La Luna, un punto de concentración de manifestantes, pasó una camioneta y motociclistas, y dispararon contra la gente allí reunida. Quedaron dos jóvenes lesionados y un tercero que falleció en la madrugada, por un tiro en el cráneo”, relató a Tiempo el abogado y activista Dícter Zúñiga Pardo, desde Cali, uno de los distritos más comprometidos por la violencia. Contó que junto con otros activistas de DD HH procedieron a sacar de la zona a un dirigente indígena “de primera línea” para protegerlo, mientras otro grupo se dirigía a la misión médica, para verificar la atención de los heridos. “Mientras estaban allí pasó nuevamente la camioneta y disparó contra la misión médica. Ante esa situación me comuniqué con personas de la gobernación pidiendo apoyo. No lo tuvimos”, denunció.

“Las manifestaciones han crecido de forma espontánea, se vincularon familias enteras y los jóvenes que se presentan en cada uno de los puntos reciben el apoyo de la comunidad. En este momento no presentamos confrontaciones con la fuerza pública, sin embargo hay una situación que nos parece muy crítica: en las noches estos puntos son baleados por personas que no se logra identificar su procedencia”, explicó Natalí González, subsecretaria de DD HH y de la alcaldía de Santiago de Cali. “La situación a nivel regional es propendiente al diálogo”, aclaró.

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(Foto: Juan Barreto / AFP)

Para algunos dirigentes, la movilización iniciada el pasado 28 de abril llegó a niveles “nunca antes vistos”, como aseguró a Tiempo Rodrigo Rojas, exdirector de la ONG de DD HH Pax Colombia con amplia trayectoria en reivindicaciones sociales y negociaciones por la paz. Además, se destaca porque se produce en uno de los peores momentos sanitarios del país por la pandemia. No puede desligarse de aquel reclamo masivo de 2019, evidentemente insatisfecho, frente a las políticas económicas, sociales y ambientales de Duque. Superado el conflicto por el “impuestazo”, las demandas suman hoy otras reivindicaciones e implican una salida de máxima con la convocatoria a elecciones anticipadas. Es muy gráfica la declaración del negociador gubernamental Miguel Ceballos, reflejada en los medios locales, que se mostró dispuesto a discutir temas vinculados con “vacunación masiva, desarrollo social, finanzas públicas, matrícula cero (para universidades) y apoyo a los jóvenes”. Es decir que reconoce que todas son cuestiones postergadas. “Básicamente, es parte de las cosas por las que la gente salió a movilizarse”, afirmó Pizarro. “Empieza un cúmulo de reivindicaciones por cosas que no están resueltas. Entonces, pese a que bajan la reforma tributaria, esa noche empezó la represión más violenta”, relató.

La represión fue alertada por la ONU en Colombia, que pidió garantizar “el derecho a la libertad de reunión pacífica y a la protesta”. Se sumaron la UE y hasta el secretario general de la OEA, Luis Almagro, habitual cercano a Duque. También por líderes del mundo, entre ellos el presidente argentino Alberto Fernández, lo que provocó la queja formal de la Cancillería colombiana. “El gobierno se va a molestar con cualquier declaración que condene el exceso del uso de la fuerza, pero creemos que la única forma de presionar y desescalar la violencia es que haya manifestaciones de este tipo. Lo que no puede pretender el gobierno es hacer lo que hace y que la comunidad internacional se mantenga muda”, dijo Pizarro. «

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(Foto: Luis Robayo / AFP)

El espejo de Chile 2019

En Chile, el próximo fin de semana se votan los representantes para una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución en remplazo de la que rige desde el pinochetismo. Es el resultado de un largo proceso de lucha en las calles que se inició en 2019. Muchos analistas hallan similitudes entre el inicio de es proceso y el que hoy vive Colombia.

Poner en marcha una feroz represión, emparentar los actos de protesta con el “terrorismo” y no acallar las proclamas ultramilitaristas y persecutorias. Así como Sebastián Piñera en aquel Chile, hoy Iván Duque asegura que está dispuesto a dialogar. Así lo hizo el viernes, cuando se reunió con los dirigentes opositores del centro y centroderecha de la "Coalición de la Esperanza". Al salir de la reunión en la Casa de Nariño, el grupo afirmó que “el presidente debe asumir el liderazgo directo de las FF AA para que cesen los ataques a la población". Mañana estaba prevista una posible reunión con el Comité del Paro, el espacio que reúne a las organizaciones más representativas de la protesta. Duque aseguró que su gobierno está "en condición de escucharlos a ellos, y también de escuchar a los que no protestan". La organización, por su parte, dijo que solo se sentará a dialogar si el gobierno acepta discutir una reforma de la policía, una renta básica de U$S 250 para los más pobres, la suspensión de la fumigación aérea de narcocultivos con glifosato y la desmilitarización de campos y ciudades", entre otros pedidos.

Fuente: Tiempo Argentino

Tras la represión de palestinos en Jerusalén, la policía permite polémica marcha israelí

 El desfile representa  la captura de Jerusalén este por parte de Israel y suele contar con la asistencia de nacionalistas, pero fue autorizado pese a varios días de tensiones y enfrentamientos entre israelíes y palestinos en la Ciudad Vieja.

La policía de Israel dio hoy luz verde a un controvertido desfile por Jerusalén que los israelíes realizan cada año para reivindicar su soberanía sobre toda la ciudad
La policía de Israel dio hoy luz verde a un controvertido desfile por Jerusalén que los israelíes realizan cada año para reivindicar su soberanía sobre toda la ciudad


La policía de Israel dio luz verde a un controvertido desfile por Jerusalén que los israelíes realizan cada año para reivindicar su soberanía sobre toda la ciudad, pese a varios días de enfrentamientos y de crecientes tensiones entre palestinos e israelíes.

El desfile del próximo lunes del Día de Jerusalén pasará por la Ciudad Vieja, la antigua ciudadela amurallada que se ubicada en Jerusalén este y alberga el sitio más sagrado del judaísmo y algunos de los lugares más santos del islam y el cristianismo.

Israel capturó esa parte de mayoría palestina de Jerusalén en una guerra en 1967 y luego se la anexionó, y desde entonces es uno de los epicentros del conflicto que desde hace décadas agita a Medio Oriente.

Los palestinos aspiran a hacer de Jerusalén este la capital del Estado independiente que quieren fundar en el resto de Cisjordania, también ocupada por Israel, y en la Franja de Gaza, territorio separado de Cisjordania por el del Estado judío.

La policía israelí autorizó la marcha del próximo lunes pese a varios días de tensiones y enfrentamientos entre israelíes y palestinos en la Ciudad Vieja, que se agravaron este fin de semana.

Más de 250 personas resultaron heridas la noche del viernes y sábado dentro de la Ciudad Vieja y sus alrededores cuando la policía trató de desalojar a decenas de miles de palestinos que habían ingresado al recinto para orar cerca de una de sus mezquitas.

La represión del sábado por la noche terminó además con 29 palestinos detenidos, informó el diario israelí Haaretz, que citó a fuentes policiales.

Además, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció que hasta 29 niños, entre los que se encontraba uno de un año, resultaron heridos en los disturbios y que al menos ocho menores habrían sido detenidos, además del bloqueo para el ingreso de la ambulancia a la zona de la protesta.

El director regional de Unicef para Oriente Próximo y el Norte de África, Ted Chaiban, y la representante en el Estado de Palestina, Lucia Elmi, instaron a las autoridades israelíes a "abstenerse de usar la violencia contra los niños y a liberar a los niños detenidos", según informó la agencia Europa Press.

El desfile marca la captura de Jerusalén este por parte de Israel y suele contar con la asistencia de nacionalistas de línea dura que atraviesan el sector musulmán de la Ciudad Vieja hasta el Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado para los judíos.

El evento anual es ampliamente percibido como provocador, y el desfile de este año llega en un momento particularmente volátil.

Antes del amanecer, miles de fieles musulmanes se enfrentaron nuevamente con la policía israelí a las puertas del recinto de la mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja.

Videos subidos a redes sociales mostraron a palestinos arrojando botellas de agua y piedras a los oficiales, quienes dispararon granadas paralizantes.

Amos Gilad, un ex alto funcionario de Defensa, dijo a la Radio Militar que el desfile del Día de Jerusalén debería cancelarse o realizarse fuera de la Ciudad Vieja, porque, según ilustró, "el barril de pólvora está ardiendo y puede explotar en cualquier momento".

Sin embargo, el portavoz de la policía, Eli Levi, aseguró que no había planes para suspender el desfile del Día de Jerusalén, a pesar de la creciente fricción y el potencial de violencia.

Los enfrentamientos de anoche coincidieron con el Laylat al-Qadr, o la "noche del destino", el período más sagrado del mes de ayuno musulmán del Ramadán, que culmina la semana próxima.

Ya los disturbios del viernes a la noche se habían seguido de condenas de los aliados árabes de Israel y llamados a la calma de Estados Unidos, Europa y Naciones Unidas, y el papa Francisco pidió el fin de la violencia.

"Los invito a todos a encontrar soluciones compartidas para que se respete la identidad multirreligiosa y multicultural de la Ciudad Santa”, dijo el Papa en un mensaje luego de la oración dominical en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania dijo en un comunicado que el reino había "pedido a las autoridades israelíes que detuvieran sus violaciones y respetaran la santidad de la mezquita, la libertad de los fieles y el status quo histórico y legal".

En contrapartida, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que Israel “no permitirá que ningún extremista desestabilice la calma en Jerusalén. Haremos cumplir la ley y el orden".

domingo, 9 de mayo de 2021

En Colombia relacionan la crisis con el "sabotaje" del Gobierno al proceso de paz

 Dirigentes de derechos humanos denunciaron que las protestas en Colombia son consecuencia de la política de represión y de inequidad en la distribución de recursos del Gobierno de Iván Duque y los sectores financieros y económicos concentrados.

Por Jorge Pailhé

Las protestas son consecuencia directa de la política de represión y de inequidad en la distribución.
Las protestas son consecuencia directa de la política de represión y de inequidad en la distribución.

Las protestas actuales en Colombia son consecuencia directa de la política de represión y de inequidad en la distribución de recursos con que el Gobierno de Iván Duque y los sectores financieros y económicos concentrados vienen "saboteando el proceso de paz" desde 2016, según denunciaron dirigentes de derechos humanos del país cafetero.

Alberto Yepes, de la Coordinadora de Derechos Humanos, explicó en charla con Télam que la actual crisis que vive Colombia es en realidad la continuidad de las protestas mayoritariamente estudiantiles que tuvieron lugar en noviembre de 2019 por los recortes en el presupuesto educativo que hizo el Gobierno, y que quedaron suspendidos a lo largo de todo 2020 por la pandemia.

Para el dirigente, la posibilidad de que un diálogo tenga éxito "va a depender de lo que haga el Gobierno, porque no se puede dialogar si no dicen dónde están las 470 personas desaparecidas en la última semana que fueron detenidas en las protestas, o si el Estado no retira la militarización con la que está reprimiendo a los manifestantes, o no accede a darle matrícula cero a 400.000 alumnos que perdieron su posibilidad de estudiar por falta de recursos".

En cuanto a los orígenes de la crisis actual, aseguró que la falta de recursos económicos que afecta a vastos sectores de la población –y que motivan las protestas- tienen que ver con una primera reforma tributaria hecha por Duque a poco de asumir su mandato en agosto de 2018, que "eximió a grandes capitales de pagar impuestos por 9 billones de pesos", casi 2,4 millones de dólares.

"Y con la llegada de la pandemia, el Gobierno, en lugar de dar apoyo a las clases bajas y medias por las pérdidas de puestos de trabajo, subsidió al sector financiero y a las grandes empresas, además de gastar miles de millones de pesos en una ampliación del gasto militar", indicó.

Pero para el dirigente, la cuestión es más amplia y tiene que ver con una reacción corporativa e ideológica frente al acuerdo de paz que el Estado colombiano firmó con las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a fines de 2016.

Denuncian que la crisis colombiana está anclada al "sabotaje" del Gobierno al proceso de paz.
Denuncian que la crisis colombiana está anclada al "sabotaje" del Gobierno al proceso de paz.

En ese sentido, Yepes aseveró que la idea fue debilitar las organizaciones sociales, por lo cual 1.180 líderes fueron asesinados a manos de paramilitares, mientras se impulsaba un fuerte apoyo a la concentración financiera en desmedro de las clases populares.

Por su parte, Lourdes Castro, del Programa Somos Defensores de Derechos Humanos, acotó que la situación actual es el resultado "del estado de indignación nacional que comenzó en noviembre de 2019 y que había quedado suspendido por la pandemia", y que ahora "permitió develar el lado más oscuro y violento del Gobierno de Duque, que viene a mostrar más claramente cómo en Colombia se está configurando un régimen autoritario".

Ante una consulta de Télam, Castro añadió que esa situación "se expresa en esta respuesta violenta que se ha dado al derecho a la legítima protesta social con un excesivo uso de la fuerza y poniendo en funcionamiento teatros de operaciones de guerra urbanos como se evidencia en Cali y otras ciudades".

Además, la responsable de la ONG apuntó sobre la responsabilidad de los organismos de control –la Procuraduría General, la Defensoría del Pueblo, la fiscalía-, que a su juicio guardaron "un silencio cómplice" sobre la represión institucional, lo que obligó a las organizaciones sociales a multiplicar la difusión de videos e informes caseros para mostrar la gravedad de la situación.

A su turno, en diálogo con esta agencia Julio César Hincapie Betancourth, del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes del Estado (Movice), coincidió con Yepes en que la reacción popular también está referida a "las masacres de líderes populares que se vienen cometiendo en el Gobierno de Duque, y la gente no tolera más esto".

"Creo que estamos en un punto de quiebre como jamás antes había estado Colombia: la excusa que tenían antes es que estaba la guerrilla. Hoy la guerrilla no está, y si bien el Gobierno intenta hacer responsable de las concentraciones a la disidencia de las FARC, todo el mundo sabe que es apenas una cortina de humo", añadió Hincapie, quien destacó que la fuerza de las protestas se siente en los bloqueos de rutas, que originaron un alto desabastecimiento de combustibles y alimentos en varias ciudades.

La reforma impositiva fue el detonante de las protestas
La reforma impositiva fue el detonante de las protestas


Las protestas en varias ciudades

Las manifestaciones y protestas comenzaron en varias ciudades de Colombia el 28 de abril luego de que Duque decidiera enviar al Congreso un proyecto de reforma tributaria que significaba un duro golpe a los bolsillos de las clases media y baja, ya que aumentaba el impuesto que grava los artículos de primera necesidad, especialmente los alimentos.

Conforme aumentaba la intensidad de los reclamos populares, el presidente retiró la polémica reforma, pero ello no impidió que la tensión se mantuviera en alto debido al nivel de violencia que las fuerzas de seguridad del Estado implementaron para reprimir las manifestaciones –muchas acciones pudieron verse en videos caseros que se replicaron por las redes sociales- que dejaron al menos 37 muertos (según afirmó Yepes, la cifra oficial es de 26), entre 379 y 470 desaparecidos y casi 300 heridos (entre ellos 26 que perdieron al menos un ojo).

Aunque la reforma impositiva fue el detonante de las protestas y ya fue retirada por el Gobierno, la continuidad de las protestas demuestra que existe un enorme descontento social que aumentó en la pandemia, que ya causó 76.500 muertes sobre casi tres millones de contagios en el país.

A estas sombrías cifras se suman las de la economía: Colombia sufrió en 2020 una caída de 6,8% de su Producto Bruto Interno (PBI), la mayor desde que existen registros.

Aumenta repudio mundial contra violencia estatal en Colombia





 Las protestas se mantuvieron vivas el miércoles al grito de "No más violencia". En ocho días van 37 asesinados, según Organización Temblores.

La respuesta represiva militar y policial por parte del Estado colombiano a las masivas protestas populares desde hace más de una semana han provocado el rechazo mundial, expresado en pronunciamientos de organizaciones y personalidades de países de América Latina, el Caribe, Norteamérica y Europa.

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Desde Francia, Chile, Costa Rica, Uruguay, Cuba, España, Australia, Alemania y Reino Unido rechazaron la represión contra el paro nacional en Colombia, el cual transita este jueves por su décima jornada.

Instituciones de esas y otras latitudes se sumaron a las críticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea a las medidas extremas ante las protestas contra una reforma tributaria en definitiva retirada.

La víspera, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) condenó, a través de un comunicado, los hechos violentos por parte del Estado colombiano desde el 28 de abril.

El bloque integracionista expresó su preocupación por las víctimas de detenciones, desapariciones, abuso sexual y la muerte de 37 personas según la Organización Temblores, de las cuales solo 11 son reconocidas por la Fiscalía local.

De igual manera, la articulación de movimientos sociales hacia el ALBA-TCP se pronunció en idénticos términos y llamó a la solidaridad internacional frente a la respuesta violenta del gobierno de Iván Duque, el cual optó por la militarización del país.

Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana expresó solidaridad con esa lucha contra impopulares reformas y la violación de los derechos humanos. Lo propio hizo la Oficina para América y el Caribe de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, la cual repudió los actos represivos.

Entre las personalidades internacionales, la vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de Cuba, Ana María Mari, cuestionó la violencia contra el pueblo colombiano, movilizado por sus derechos.

De igual forma, senadores de Estados Unidos como el demócrata Jim McGovern censuraron "la brutal respuesta a las manifestaciones pacíficas", mientras otro demócrata, Gregory Meeks, pidió al Presidente colombiano "moderar la respuesta".

Entretanto, el ministro portavoz del gobierno de Chile (otro Estado señalado por similares conductas), Jaime Bellolio, declaró que "la violación de los derechos humanos debe ser perseguida sin matices", al referirse a los referidos acontecimientos.

Al mismo tiempo, colombianos residentes en España, Australia, Alemania y Reino Unido se movilizaron para apoyar las demandas populares y pedir que cese la violencia.

La respuesta castrense asume una particular violencia, mediante actos represivos que aumentaron desde el inicio del Paro Nacional el 28 de abril contra la reforma tributaria, la reforma pensional y la reforma de salud, así como otras medidas antipopulares.

Fuente: TeleSurTV Net

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