Pensaba enviar a lo que se llamaba antes ‘correo de
lectores’, una respuesta a una nota de Ernesto Tenenbaum. Pero no creo que el
portal de Infobae tenga esas viejas maneras de comunicarse. Allí él retomaba el
viejo debate de muchas familias argentinas, con abuelos judíos, que eran comunistas
o socialistas y que habían llegado de Rusia, Polonia o Alemania. Eran debates domésticos
dónde se pasaban factura acerca de qué había hecho Stalin con respecto a unos
médicos judíos en la URSS. Era por los 50. Ese debate podemos agregar era en
los tiempos de la ‘guerra fría’, que por nuestra región se recibió con otro
tipos de consecuencias. Un viejo debate que también había entre los
intelectuales, escritores, y quienes comprendían que si habría una nueva guerra
mundial, no quedaría nada debido a las armas nucleares. Esta era una de las
posiciones de Bertrand Russell (1), como los escritos que se desataban en ‘Les
Temps Moderns’ y que llegó a su pico con la polémica Sartre- Camus (2), donde
el filósofo y el escritor rompieron para no juntarse más.
Ese debate en estos tiempos, vuelve a estar llevado
con las banderas liberales por Varguitas (como le decía Mario Benedetti a
Vargas Llosa, hoy premio Nobel) como adalid del nuevo liberalismo- conservador.
En primer lugar con la avalancha que impone la derecha en todo el mundo, desde
Estados Unidos y Europa. Una forma de desparramar ideologías de la ‘guerra fría’, y seguir
captando todo lo que no entra en la óptica del blanco y negro, en el
subdesarrollo de la región.
El título de Tenembaum es: ‘El valor histórico del
voto argentino contra la dictadura venezolana’, decíamos comienza por ese
recuerdo de sus ancestros, pero en el titular ya nos acomoda con la palabra ‘dictadura’,
mezclando varias cuestiones. La primera que es necesario recordar: Maduro ha llegado al cargo de presidente por elecciones,
no es el dictador tipo Pinochet, Videla y otros que han asolado la región puestos
por las oligarquías locales. Los sectores populares de Venezuela tienen,
junto con el ejército, la soberanía a través de los votos. Siempre se parte
desde una cara, porque no se cuentan qué tipos de escaramuzas (con políticos
puestos como en cualquier colonia del siglo XVIII), intentonas de golpe, y amenazas
de invasión de parte de EEUU que circulan. Venezuela hoy tiene un bloqueo e
Inglaterra se ha apoderado de su tesoro. Nunca los diarios para el cono sur,
con todo el apoyo del norte mencionan esa cronología. Simplifican el lenguaje
con términos que se instalan. El otro que han sabido colocar y siguen llevando
es ‘populismo’, dándole la carga peyorativa que predican. El otro punto es que no se menciona por qué la posición Argentina, en el sentido, que sigue perteneciendo al ‘grupo de Lima’, donde se ha juntado a todos los
gobiernos neoliberales de Latinoamérica, una vez que detuvieron a Lula,
corrieron a Evo Morales, Correa, y el triunfo de Macri en Argentina.
La OEA (Organización de Estados Americanos) ya se la
conoce desde la época de los misiles de Cuba (3), como un satélite del ‘gran
hermano’ del norte. Nunca ha definido cuestiones que tiene que ver con alguna
idea de unidad Latinoamericana. Con las ‘Doctrinas de seguridad nacional’, ‘La Alianza para el progreso’, siempre eran acciones - dentro de la guerra fría- para
que no se meta el comunismo. Sesenta años después la guerra continúa contra el
comunismo Chino. Esta vez en el virus y en la expansión de mercados que Trump
se encarga de vociferar en nombre de las corporaciones que lo sostienen.
Por eso esa simple opinión, como mucho del
periodismo ‘que se dice libre’ en nuestro país, también lo hace- y no en forma
baja- solo que con información distorsionada. ¿Por qué puede ser histórico ese
voto?: ¿de qué forma Argentina toma esa
determinación?, ¿acaso es presionada en estas cuestiones de las relaciones
exteriores? La renuncia de Alicia Castro puso al periodismo en guardia. Una
nota de otro periodista por ese portal (gente que en los 80 giraba en torno al
gordo Lanata y creo que de ahí eran discípulos), citaba una ‘llamada’ que iba a
hacer Alberto Fernández a Maduro, para explicarle por qué habían votado así (a
favor del informe de Michel Bachelet). Ponían mucha data en esa nota,
incluyendo hasta de cómo sería la jugada de un ex comunista (como lo señala a
Luis Delia), para obligarlo al presidente a llamar al presidente de Venezuela. Eso
al final no se realizó. ‘Operaciones de prensa’, es el nombre de manual que conocemos a estas
jugadas
Lo
que se debe urgente es poner en claro de cuál es la política exterior de
Argentina. Una semana antes al embajador argentino ante la
OEA, Carlos Raimundi, también lo ponía la prensa bajo presión, por lo que había
dicho sobre su posición en el informe- Bachelet. La presión es seguir buscando la
división. Lo que no pueden aceptar es que algunos políticos tengan coherencia.
Con esa palabra se señala algo claro: ‘tengo principios sobre algo y si esos
principios son sobrepasados, renuncio’. No muchos políticos cumplen esas
normas. Siempre todo se negocia, y entonces parecen no existir los principios
que rigen en una ética de la política. Eso quiere el periodismo mercenario, no
solo mostrarlos como corruptos sino como gente que no tiene una moral. Una
postura de poder decir ‘con esto no estoy de acuerdo’. Luego pueden venir las
formas. A muchos militantes no les gustó, a otros- esa prensa canalla- dice que
al ultra K, están molestos con Felipe. Y
seguirán en sus medios concentrados apostando por la des- unidad, mezclado con
la situación económica y la pandemia.
La
derecha Latinoamericana ha vuelto a demostrar no solo en discursos y acciones,
sino en cómo interpreta y/o siente la historia de estas últimas décadas.
Lo dicho por la mandataria boliviana (que ha llegado al poder con un golpe
palaciego) fue que han derrotado a ‘los extranjeros que vienen a subvertir el orden de Bolivia' (en alusión al Che
Guevara y los cubanos), es otro ejemplo de cómo ven el mundo y los
acontecimientos. Nunca datos o información actualizada de bases militares
norteamericanas, ni boinas verdes, ni grandes equipamientos y entrenamiento
para las fuerzas armadas que luego se vuelven para reprimir y asesinar al pueblo.
Para
la post pandemia debe quedar claro cómo continuará argentina con su comercio
exterior (un ejemplo: como se continuará con el mercado Chino, teniendo
nuestras propias decisiones). No puede suceder lo
mismo de los 60 y 90. Donde en esa última década se ha llegado a enviar
soldados para aquella zona de medio oriente. Luego vinieron los dos atentados
más grandes que ha sufrido el país. La gente debe estar bien informada, de qué
importante es La Argentina en ‘el concierto de las naciones’, por sus riquezas
naturales y su capacidad cultural dominante en la región. Desde el siglo XIX
esto no es nada nuevo
Carlos
Liendro
Notas
1) En
1954 Russell redacta el manifiesto: “Advertencia a los gobiernos de las grandes
potencias”, firmado por Einstein y otros científicos
2) La
polémica Sartre- Camus fue en 1952. El eje del debate era moral. Sartre ya
entendía que de venir una guerra sería esta vez nuclear.
3) Russell escribe en su autobiografía 1944- 1967: “Dice que la forma de solucionar fue
llegar a que ‘los rusos no prosiguieran su política suicida y que el presidente
Kennedy, por su resolución y previsión, salvó al mundo’. Eso me parece todo lo
contrario a la verdad. Rusia y Norteamérica tenían políticas que llevaban
directamente a la guerra nuclear. Kruschev, cuando vio el peligro, abandonó su
política. Kennedy no. Fue Kruschev quien permitió que la especie humana continuara
existiendo, no Kennedy.” (carta a Lord Gladwyn, 14 de noviembre de 1964)
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